Esta lámpara fue comprada en Londres en los años 60.
A su dueña le apetecía cambiar un poco su imagen, por lo que decidió hacer con ella una pintura decorativa.
Lo primero que hizo fue limpiarla bien y después imprimarla.
Le hizo una pintura decorativa y una vez seca la decapó y le aplicó cera para protegerla. Por último, dió unos ligeros toques con crema de dorar.
Este fue el resultado
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